Tal Cual -
29/11/06
Cuando el arte fue destruido
La hecatombe que ha significado para Venezuela los ocho años de este régimen forajido, ha causado en nuestra cultura visual una doble tragedia: la primera, la destrucción de la institucionalidad museística y la pérdida absoluta del incentivo y valoración de los artistas y el arte, tanto nacional como internacionalmente, y la segunda, el poco interés que este drama cultural ha suscitado en la sociedad y en el debate público nacional.
Como cuando sin ningún pudor el nazismo destruyó las obras de los artistas de valor para imponer incalificables esperpentos, o el comunismo soviético se enorgullecía de derramarle toneladas de tierra a la utópica y brillante vanguardia rusa, el cuasi fascista régimen chavista ha intentado acabar con nuestro mejor arte.
Siguiendo los lineamientos de la anacrónica y pavorosa ³estética² roja, rojita, el ministerio de la Cultura léase ministro- ordenó la eliminación de los excelentes emblemas que identificaban a las instituciones culturales del Estado, sustituyéndolos por logos proselitistas de indudable mal gusto. El silencio bochornoso y cómplice de todos los directores y curadores de los museos de arte ante el robo y la destrucción de obras de incalculable valor histórico, cultural y material, se convierte en un gesto más que irresponsable, en una postura igualmente delictiva. La equivocada decisión de no adquirir obras para incrementar y enriquecer las colecciones permanentes de las instituciones museísticas y por ende fortalecer el patrimonio artístico y cultural de la Nación, ha sido una actitud brutal que inexorablemente el tiempo y la historia se encargarán de señalar el daño irreversible e irreparable que ha causado, y que algún día esperemos que más temprano que tarde- los responsables de ese genocidio cultural tengan que enfrentar a la justicia.
Con una microscópica parte de lo que el paranoico teniente coronel ha malgastado en equipos bélicos inútiles, se hubieran podido adquirir decenas de obras para nutrir nuestras desasistidas colecciones públicas de arte. Con un porcentaje minúsculo de lo que él le ha regalado de manera inconsulta a tantos países del mundo, un número significativo de exposiciones internacionales de primer nivel hubiesen sido traídas a Venezuela.
No hay sino que tener solamente un delgado dedo de frente para percatarse del enorme daño que este régimen en extremo destructor le ha causado a nuestro arte. Como afirmara en una oportunidad Arturo Uslar Pietri: ³Se ha dicho muchas veces que el arte es el reflejo colectivo de una sociedad. No es que las sociedades crean el arte, el arte es la creación individual por excelencia. Pero los grandes artistas han sido, son y han de ser siempre, seres de una extraordinaria sensibilidad que les permite ver y reflejar con claridad el tiempo que les toca vivir². Y es precisamente eso lo que los incultos chavistas no han entendido o no han querido entender.
Para revertir la primitiva y oscurantista situación que actualmente vivimos, se hace imperativo que los venezolanos nos atrevamos a cambiar el próximo 3 de diciembre y así voltear para siempre una penosa página de nuestra historia presente, que nunca debió haber sucedido y jamás deberá repetirse.
Miguel Miguel
No hay comentarios.:
Publicar un comentario