Una juez devuelve a una mujer los tres hijos que le quitó la Administración
PERE RÍOS - Barcelona - 30/05/2008
Ser hippy y estar separada no es incompatible con ser buena madre. Quien viene a decir eso es una juez de Tarragona, que ha devuelto a una mujer de vida bohemia la custodia de sus hijos de seis, nueve y 11 años que le quitó la Generalitat de Cataluña. Fue una actuación ilegal y precipitada, dice la juez, quien en contra de las razones del Departamento de Acción Social y Ciudadanía concluye que ni la mujer era alcohólica, ni los niños estaban desnutridos, ni tenían una higiene lamentable, ni carecían de cuidados médicos.
El caso arrancó el 23 de julio de 2007, cuando el alcalde socialista de Ginestar (Tarragona) envió una carta a los servicios sociales del consejo comarcal explicando que se había visto a la madre, Tyra Taylor, de nacionalidad inglesa, borracha y con sus hijos abandonados. Tres días después, la Generalitat decretó el desamparo sin hablar con la mujer.
Los niños estuvieron cinco meses en un centro de acogida, hasta que la Generalitat decidió devolverlos a la madre. Pero no contenta con ello, la mujer recurrió la declaración de desamparo y ahora el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Tarragona, ocupado por la juez sustituta Noelia García Marín, le ha dado la razón. Un portavoz de la Generalitat anunció ayer que no recurrirán la sentencia. "La acatamos y seguimos pensando que había indicios", añadió.
La juez, sin embargo, es muy contundente, y asegura que el informe de los servicios sociales contiene "observaciones viciadas de subjetividad y no documentadas". La mujer explicó que optó por vivir en una caravana porque pasó muchos años de su infancia de esa manera. "No es el modo de vida más convencional en nuestro país, pero no tiene por qué implicar que los menores se encuentren en desamparo", dice la juez.
La psicóloga del centro declaró en el juicio que los niños estaban bien de salud y limpios, con la talla y el peso adecuados. El alguacil testificó que la mujer no bebía y otro vecino declaró que la finca donde estaba la caravana era un lugar limpio. El médico y el director del colegio también explicaron que era una buena madre. "En todo el proceso, excepto en la sentencia, ha imperado la arbitrariedad, impropia de un Estado de derecho", dice Xavier Peris, el abogado. Ahora reclamará daños y perjuicios. Taylor ya ha vuelto a su país.
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