María Luisa Ríos tiene 50 años y encontró en internet el trabajo que nadie le quiso dar. Ahora es propietaria de una revista. |
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Pero, la Comunicadora Social con seis años de experiencia como periodista en la revista Publicidad y Mercadeo, y madre de María Antonia, Ana Valentina y Vicente Eduardo, sabía que era puro cuento, que el término sobreperfil era solo una forma delicada de decirle que quedaba por fuera del proceso. Sabía que con 46 años de edad, 12 de ellos sin ejercer su profesión de periodista, y sin saber manejar computadores e internet, sus opciones para avanzar siquiera a la prueba psicotécnica eran las más flojas de todos los aspirantes.
Al sexto intento dijo basta con las hojas de vida. María Luisa entendió que en realidad su perfil visible era el de ama de casa: "¿Sobrecalificada? Mentiras, no hice posgrados, lo que tengo es años y tiempo sin ejercer".
La razón la tenía clara: cuando nació su tercer hijo, Vicente Eduardo, entre los tres se llevan cinco años, María Luisa acordó con su esposo Vicente renunciar a la revista en la que trabajaba para dedicarse a criar a los niños. ¿Y la profesión? Después vería, ella quería que sus hijos tuvieran mamá en la casa.
Sin embargo, hoy, cuando se acuerda de la angustia que le reportó someterse a seis procesos sin éxito, María Luisa hace cuentas y sabe que fue lo mejor que le pudo ocurrir como periodista.
Todo comenzó en 2005
Hace tres años largos María Luisa comenzó su transformación de ama de casa a bloguera exitosa. Sus ganas de ejercer el periodismo la llevaron a descubrir en internet el medio para escribir notas y contar historias. "No sabía si podía conseguir dinero, aunque ese no era el gran problema, porque algo me había entrado con la importación de mercancías de Estados Unidos para hacer manualidades y porque mi esposo me ayudaba. El problema era que mis hijos ya no me necesitaban en la casa y que todavía sentía ganas de ser periodista", recuerda la mamá.
Sin plata para montar la revista soñada, el camino de internet fue la única salida. Alguien cercano le habló del mundo de los blogs y le explicó que con resolver las tareas de hospedaje y mantenimiento el tema del medio estaría resuelto.
Definió los contenidos, gastronomía, belleza, turismo, salud, estilo de vida, y creó un nombre: se le ocurrió Mírame, pero una campaña publicitaria de una compañía celular en Venezuela se lo tumbó.
Buscó entonces que el nombre de su blog llevara el María Luisa por algún lado y tampoco encontró espacio libre, hasta que dio con Mil sabores. "Me propuse hacer lo que quería: contar mi experiencia en la cocina y mi día a día como mamá con mis hijos y mi esposo. Era mi manera de ejercer el periodismo, era escribir para que alguien leyera mis notas y me diera trabajo".
Vicente le volvió a brindar apoyo, hasta le ofreció revisar el estilo y la ortografía de las notas.
Las visitas aumentan
Sin tener conocimientos de gastronomía más allá de haber seguido un curso de repostería durante 17 días para hacer las piñatas de sus hijos, pero experta en darles gusto a sus familiares en la mesa, María Luisa arrancó su Mil sabores con una regla fija: ponerle a su blog la seriedad y el compromiso propios de un medio de comunicación.
Por su formación, sin computadores, todavía pensaba que internet era un camino de segunda.
Para difundir su primera edición María Luisa les envió un correo a familiares, amigos y colegas y con el correr de los días las visitas por jornada a su blog marcaban unas 200. Hoy las visitas de lectores se le dispararon a 2.500 y según ella las razones son simples: "escribo como soy, como la mamá de tres hijos, en ese tono publico mis entrevistas con los chefs más importantes, les escribo o viajo hasta donde estén. Recetas, restaurantes, vinos, eventos: ahí están mis lectores".
Por cuenta de la cosecha de lectores del blog, Mil sabores ya está también en papel, en la forma de revista de 2.000 ejemplares, con 64 páginas y tres ediciones en las calles; ha publicado notas con cocineros que tienen estrellas Michelin, viajó dos veces por la ruta del vino en Argentina, participó en ferias gastronómicas en Nueva York y Londres y hasta visitó Colombia Provoca, en Medellín, el año pasado.
Entonces, María Luisa hace cuentas y sabe que ganó: es su propia jefa y trabaja en su casa, en el estudio que montó para Mil sabores. En tres años se hizo a un nombre, viaja por el mundo, ha conocido gente fantástica, logró realizarse como profesional, contrata empleados y ya sabe manejar computadores e internet.
1 comentario:
Gracias Amigo Rafael!
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