El Caimán de Sanare
José Humberto Castillo "El Caimán de Sanare" (nació un 3 de Enero de 1.937) en las Rasitas, Caserío Palo Verde, Municipio Andrés Eloy Blanco del Estado Lara. Hombre de muchos oficios, Humberto se ha desempeñado como vendedor ambulante, jornalero, trabajador de faenas agrícolas y pecuarias. Como educador itinerante ha llevado sus enseñanzas a escuelas, liceos Universidades, pueblos, caseríos y ciudades del país. Maestro excepcional del cuento oral y la educación no formal, conocedor y difusor de la cultura campesina, mitos, leyendas y medicina popular, en síntesis y filósofo popular de fecunda y rectilínea historia, uno de los tantos que existen y enaltecen el patrimonio cultural moral y espiritual de nuestro contexto local, regional y Nacional. Ha recibido innumerables condecoraciones y reconocimientos". Información tomada de retrato hablado de Sanare de Juan Ramón y Juan José
En medio de tanta fantasía verde, contagiada de frío mañanero se dice que existe en las montañas de Sanare un Caimán; pero éste no es un Caimán cualquiera, es un singular personaje que deja ver entre su risa una leyenda que transforma la cultura popular en un sinfín de cuentos que despiertan la curiosidad.
Desde muy pequeño comenzó nuestro querido José Humberto Castillo, mejor conocido como el Caimán, a contar sus cuentos, en el caserío de Palo Verde, cuando tenía 7 años de edad. En su inocencia de niño todas sus "mentiras" se convirtieron en grandes cuentos como el mismo Caimán lo expresara, en sus inicios el contaba mentiras y como todos le creían hizo de ellas la gran fantasía de hoy. Su madre Doña María Elena, aunque él la llama Harina, siempre le creyó, su padre Don Juan Goyo (llamado por él Maíz Tostao), un poco incrédulo a sus mentiras al final se convenció. Innumerables son los cuentos que prevalecen en el tiempo y cuyo mensaje siempre es el mismo: cuidar la naturaleza.
Escuchar al Caimán es una experiencia única, que da una esperanza de vida de vida, de preservar el mundo natural. Su contagiosa risa atrae las mágicas intuiciones del pensamiento; es fácil soñar, el fácil volar, sólo hay que permitir que llegue al alma esta travesía que hace el Caimán con sus cuentos porque son "verdad" y "mentira", "realidad" y "fantasía". Una de las tantas lecciones que se pueden aprender del Caimán, es que para contar cuentos lo que se necesita es tener imaginación, ser sensibles al viento y al eco, para que estos sean nuestros maestros como lo fueron para el Caimán.
Jinet baptista
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