miércoles, 16 de septiembre de 2009

Misia canta y habla de la vida

Fado y rebeldía


Por: Sara Araújo Castro
La artista acercó el fado al mundo.


Foto: Youssef Nabil. Teatro Nacional
‘Ruas’ es el último trabajo de Misia, que va más allá del fado y tiene un aire ibérico y mediterráneo.

Como ella lo dice, “hija y nieta de artistas catalanas y un burgués portugués. Viviendo aquí y allí, hago parte de la familia de los que no tienen familia”. Así como es Misia: ibérica, melancólica y en permanente transformación, es su música: un fado que se aleja del purismo para dar el primer paso hacia un género contemporáneo que se atrevió a salir de su natal Portugal. Misia con su banda de fado y el guitarrista de Iggy Pop, Jeoffrey Burton, estará el viernes en Medellín y el sábado en Bogotá.

¿Cómo llega el fado a su vida?

Mi madre se casó con un portugués de ojos azules. Nací y viví hasta los 18 años en Oporto, entonces el fado estaba en mi sonoridad cotidiana. Cuando viví unos años en Barcelona, me convencí de que quería cantar fado.

¿Cómo es que la vena portuguesa resultó más fuerte que la española?

Mi madre no quería que fuera artista y como viví en Portugal toda mi infancia, se fue por ahí mi sensibilidad, pero todo lo español que yo amputé está saliendo ahora con estos dos discos más recientes, en los que canto tangos, boleros, flamenco...

Después de esa etapa en Barcelona y Madrid, ¿cómo vivió el regreso a Portugal?

Llegué en los 90 a Lisboa con una visión de lo que quería después de haber escuchado a Serrat y todo el movimiento de música catalana. Así que, durante unos años tuve un espacio solitario, pues no hago parte de lo que hizo Amalia Rodríguez —que es anterior y fue inspiradora— y tampoco hago parte de la nueva generación. Es un espacio muy mío, porque salvo mis músicos y los poetas, nadie me apoyó; fue un poco una travesía en el desierto.

¿Qué caracterizó ese trabajo?

Lo que yo quise hacer fue darle al fado un lenguaje contemporáneo y atemporal. Fue un proyecto que refleja lo que soy. Cuando lo hice no estaba de moda y creé un publico, una cosa bella para un artista, porque es lo contrario de responder a una demanda discográfica de la industria.

Pero su trabajo más reciente tiene de todo...

Soy una esponja, por el solo hecho de ver a mi madre llegar de las Tournés con las maletas llenas de cosas de todas partes del mundo... Si escogí el fado como instrumento cultural no es para cantar sólo fado, sino porque puedo hablar de la vida en el mundo. Es un lenguaje emocional universal, es para hablar con el mundo que me interesa cantar fado.

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