viernes, 14 de septiembre de 2007

alguien que le puso el cascabel al gato del ¨maestro abreu¨



Cabe destacar que Manuel Hernández Silva, es a mi entender el
director más serio, profesional y con una gran trayectoria en los
últimos años que ha tenido Venezuela.

Actual Director de la Orquesta de Cordova, España, Hernández Silva
cursó estudios de dirección de música en la cátedra del profesor
Reinchard Schwarz, en el Conservatorio Superior de Música de la ciudad
de Viena (Austria), culminándolos en el año 1989 con matrícula de
honor. Ha sido director titular de la Orquesta de la Región de Murcia,
y director invitado en numerosas orquestas de prestigio como la
Orquesta Sinfónica de Colonia, la Filarmónica de Hungría y la Orquesta
de Cámara de Viena. También fue desde el año 1989 al 2002 director
titular de la Wiener Mozart Orchester, de Viena.

"Mi nombramiento fue en el pasado mes de julio. Yo había dirigido unos
meses atrás como invitado y estando en el aeropuerto de Madrid, recibí
una llamada, mira por dónde, de una periodista. Para mi primer
concierto como titular tuve a Luis Julio Toro (flautista) como
invitado y fue un gran éxito. El 22 de diciembre estuvo Alexis
Cárdenas y la gente estaba totalmente entregada a nuestro gran
violinista. La temporada próxima estarán Gabriela Montero (pianista) y
Juan Tomás Martínez (barítono), como ves, haciendo patria un poquito".

http://www.andalucia24horas.com/texto.asp?id=224564
http://www.eluniversal.com/2006/01/20/til_art_20312C.shtml



Dudamel en avión PDVSA y Gurrufío en segunda y deportado.

La tragedia de Venezuela, esa a la que pertenecí algún día y me
quitaron para regalársela a Cuba y a otros tantos ciudadanos quienes
han recibido los favores de la nacionalización exprés, es que pronto
ya no tendremos otra vía de protesta que no sea el enfrentamiento
cívico para librarnos del oprobioso dictador.

Hace unos pocos meses recibía la llamada de mi madre bañada en llanto
por la tristeza que le producía ser testigo del cierre de RCTV. La TV
que acompañó toda su vida y la que bastaba mirar solo de reojo para
saber que allí encontraría un poquito de su patria. Cerraba el canal y
desde el silencio abrumador de una pantalla en blanco irrumpía un
Himno Nacional apasionado dirigido por Abreu con las manos de
Dudamel. Era una de las mil jugadas brillantes de quien dice como uno
de sus lemas: "si hay que sacrificar a mil para que lleguen cuatro,
bien vale la pena el sacrificio", claro que cuando uno lee y oye esta
bárbara reflexión, es inevitable que recuerde aquel antaño episodio
donde la familia Abreu dio con sus huesos en la cárcel, menos el hijo
pródigo, el presunto ideólogo de aquel escándalo financiero al cual
la justicia ni siquiera llegó a rozarle.

Hoy el mundo conoce y admira al "movimiento" musical venezolano y está
convencido que es uno de los grandes logros del Chavismo. Puedes mirar
en las televisiones europeas reportajes sobre el "movimiento" donde se
explica que gracias al proyecto del doctor Abreu todos esos niños que
maravillan con sus instrumentos, han podido salir de la miseria, de la
droga y la delincuencia. Dicho así, suena precioso, lo malo es que
esto no es verdad. El horror está en que esos jóvenes no han recibido
otra educación distinta que no sea la de estar sentado durante horas
detrás de un atril montando las grandes obras sinfónicas que luego
presentarán aquí y allí. Pero sepa el mundo que esos chicos no reciben
siquiera una educación musical integral. Esos chicos son utilizados
muy hábilmente por unos y por otros. Por estos, para regocijo
propio, y por aquellos para poder intentar vender unos pocos cds de
Mahler interpretado por una orquesta absolutamente exótica, de cara a
los melómanos europeos. ¿Cuál es entonces el futuro de estas
criaturas?, pues como dice su mentor, unos pocos lograrán hacer
carrera, hoy son contados con los dedos de una sola mano, y el resto
irá a parar al cementerio de FESNOJIV, es decir, a la Orquesta Simón
Bolívar, también conocida como la "A". Los muchachos son totalmente
conscientes de que para poder salir de allí tienen que desertar, pues
desde que se creó FESNOJIV a todo el que ha querido continuar su
camino fuera del "movimiento" se le ha considerado un auténtico
desertor.

Hoy, sigo diciendo, el señor Simon Ratle dice que el dictador Chávez
le resulta un hombre simpático. Abbado, otro excelso comunista Armani,
considera al movimiento como uno de los proyectos de su vida y
nuestros muchachos, entre Mambo y Mambo, van siendo padres y madres de
familia, pero ni Simon, ni Claudio hablan de su futuro. No, que va,
ellos son comunistas de pro. Ellos llegan, ponen el cazo y hasta
luego.

Hoy Chávez y Abreu desembarcan en Europa con su mega orquesta
Bolivariana y Gurrufío, que vende discos por miles y es uno de los
grupos más representativos de toda la América Latina, tiene que
soportar la indignidad de ser devueltos como delincuentes, por culpa,
en definitiva, de que a España estén entrando chinos y bolivianos con
pasaporte venezolano. Mestizaje exprés. ¿Será ese uno de los delirios
del gorila rojo? ¡Ay Venezuela!. Ya no te conozco.



Manuel Hernández Silva


LUEGO LE ENVIÓ ESTA A ABREU



Recordado José Antonio:

Seguramente ya habrá tenido usted la oportunidad de leer mi carta
titulada "Dudamel en avión PDVSA y Gurrufío en segunda y deportado"
en donde, desde una profunda decepción, escribía contra usted y su
manera de entender el movimiento musical venezolano.

Cuando le vi con el presidente le confieso que esperaba de una
inteligencia brillante como la suya, un discurso acorde con esos dones
y no el discurso panfletario por el cual usted se decidió. Un millón
de niños quieren ustedes sumar al movimiento, "Seid umschulgen
Millionen", sí, un millón de problemas más para una juventud que no
tiene la posibilidad de recibir una educación musical integral en toda
regla, porque en nuestro país no existe una universidad de artes
escénicas y de música. Un millón de nuevos obreros que sueñan con ser
de la filarmónica de Berlín sin más preparación que la del músico
obrero que se dedica, exclusivamente, a pasar horas detrás de un
atril. Un millón de músicos de orquesta a los cuales Venezuela no les
brinda un puesto de trabajo, porque en nuestro país no hay orquestas
profesionales, más que las cuatro de la capital donde los músicos
ganan sudores y poco más.

El futuro actual de esos niños es el cementerio de la Bolívar A y
usted, aunque no lo puede reconocer, lo sabe de sobra.

Cuando en Venezuela todavía existía el estado de derecho, teníamos la
esperanza de poder luchar por un cambio, que incluyese, como es
natural, a las artes escénicas y a la música. Y ese cambio, José
Antonio, sin usted era impensable. Usted, en cambio, se decidió por
agigantar su propia figura y su vanidad aprovechándose de las
vergüenzas de una democracia ya muerta de corrupción y, en vez de
revolver los cimientos y tirar del carro hacia adelante, va con su
circo mostrando la inocencia entusiasta de esas bellezas que hoy
forman la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana, sin dedicar un
minuto de su incansable energía a pugnar por asegurarles un futuro.

Su triste comparecencia ante el presidente me motivó, pues, a decirle
lo que pienso y sé que algunos pasajes de mi carta , antes mencionada,
le ofenderán. Por ello le pido disculpas, pero era la manera, desde mi
rabia y estupor, de llamar su atención. Nunca más volveré a nombrar a
su familia y le pido nuevamente disculpas.

No me hable José Antonio, de millones, ni me diga que el estudio de
la música ha sido, hasta ahora, una cosa de la élite, porque está
usted faltando a la verdad y se lo puedo demostrar públicamente las
veces que usted desee. No hable de millones ni se escude en las manos
blancas de los niños de Barquisimeto, porque el Juicio de Dios será
implacable con usted. Aún está a tiempo de dar una vuelta de volante,
no para el mundo, que ve lo que le muestran, sino para con sus
paisanos, pues ellos esperan mucho más de usted, tal como yo lo
esperaba.

Chávez dijo tan sólo, una verdad incontestable" quien no se emocione
con estos muchachos, es porque está muerto" y en este punto, sabe el
Altísimo, que no quisiéramos citar a Mahler.

Espero que estos tiempos difíciles le ayuden a reflexionar y sepa
usted con su sabiduría, reconciliar a nuestro gremio para una causa
noble y verdadera. Nuestra amistad queda rota, pero no la esperanza
de verle transitar por otros caminos, pues mantengo intacta mi
admiración hacia usted.

Me despido.

Manuel Hernández Silva POR ÚLTIMO HIZO ESTA QUE ES LA PÚBLICA


Queridos Músicos, colegas:

Hoy, claramente, estamos viviendo unos de los momentos más complicados
de la historia de nuestra accidentada Venezuela y pareciera que aún no
terminamos de creer que estamos condenados a vivir bajo un régimen
oprobioso. Pues es hora de despertar y pasar a la lucha activa y
defender nuestros derechos. Es de vital importancia que la unión
gremial sea total. Debemos unir a nuestro colectivo y ser verdaderos
jueces y árbitros de la gestión cultural que realiza el gobierno de
Venezuela. Así, los ingenieros harán lo propio, y los médicos y los
economistas, pues no es efectivo que un noble paisano cuyo oficio
destacado sea la medicina, por poner un ejemplo, denuncie y opine
sobre cuestiones propias de nuestro gremio y, claro está, tampoco
sería efectivo el contrario, es decir, nosotros opinando sobre
medicina. Esta unión gremial será, pues, indispensable para exigirle
al régimen aquello que creemos justo.

Ustedes, queridos colegas, viven allí y obviamente la oposición sin
planteamientos concretos les perjudica. Están todos luchando por
mantenerse a flote y ganar un dinero que les permita mantener una
economía, pero si hemos de aguantar un régimen sin fecha de caducidad,
debemos plantearnos, al menos, la lucha por nuestros derechos.

Esto que acabo de exponer supondrá realizar un profundo análisis sobre
la situación actual de la música en nuestro país. En primer lugar no
disponemos de una verdadera universidad de artes escénicas y de
música. Hoy existe el IUDEM una casa de 120 ms que no ofrece un
diploma universitario. La universidad es vital para el desarrollo
futuro de la música en nuestro país, hoy tan de moda a través de la
orquesta juvenil. ¿Qué es pues lo que admira el mundo de nosotros?
Admira el resultado musical de una orquesta de jóvenes, supuestamente
marginales y sacados del horror de la droga y la delincuencia. Bien,
aceptemos esto y brindemos por ello, pero el mundo no ve que esos
niños, allá en su país, no tienen un futuro asegurado como
profesionales. La educación musical que reciben es la de tocar y
tocar. Sepan ustedes que esos jóvenes colegas nuestros cuando tienen
la oportunidad de tocar individualmente, es decir, recibir una clase
de un gran maestro, no tienen repertorio para ofrecerles y esto, dicho
por el director del conservatorio superior de Viena, les resulta un
fenómeno curioso, por no decir preocupante.

Venezuela no tiene orquestas profesionales tal y como se entiende el
ejercicio de nuestra profesión en el resto del mundo. La única
orquesta profesional es la orquesta Municipal de Caracas. Basta con
echar un vistazo a su página web para darnos cuenta de que, además de
todos los conciertos de temporada y diversos ciclos de cámara, la
orquesta cumple una función social muy concreta. ¿Creen ustedes que la
Municipal podría admitir en sus filas a esos miles de futuros
profesionales que requerirán un puesto de trabajo? La OSV, tan querida
por todos, se ha convertido en la orquesta del régimen, y les
entiendo, pues lo hacen para sobrevivir, pero les critico que no
presenten un proyecto artístico a la altura de su historia, sino que
simplemente se estén conformando con un buen sueldo y circo. La
orquesta Simón Bolívar A, la de los mayores, sí, sí, esos que
comenzaron con nosotros cuando se creó la Juvenil, cada día se hace
más y más grande. Ella debe recibir a ese montón de músicos que ya no
"valen" para la Bolívar B ( de la juventud venezolana Simón Bolívar ).
La filarmónica de Caracas es un dolor de cabeza que viene de la cuarta
república y nunca se ha sabido resolver. Necesitamos, para aquellas
orquestas estables como la Municipal , un presupuesto que permita a
los profesores integrantes vivir dignamente de su sueldo, sin tener
que buscarse la vida con varios trabajos al mismo tiempo. Hablo de que
nuestros profesionales no pueden recibir menos de 1.500 dólares al
mes. Es de todos bien sabido, que el régimen se mantiene, entre otros,
gracias al dinero que recibe por el petróleo y si Chávez tiene dinero
para regalárselo al trasporte público Londinense, para paliar la deuda
externa de la Argentina, para ayudar a Evo Morales a transitar por su
desconcierto revolucionario y un largo etcétera, tendrá también dinero
para dotar a los gremios del presupuesto necesario que permita su
desarrollo.

Ustedes preguntarán, queridos colegas, quién es este quien escribe.
Algunos incluso dirán qué fácil es cuando se vive fuera. Amigos, yo,
ciertamente, salí de Venezuela hace 25 años. Estudié con el viejo
Friedman y con un montón de maestros que no quiero nombrar por miedo a
omitir algún nombre. Me educaron hombres y mujeres de los que guardo
un entrañable recuerdo. Pertenecí, durante un mes, al sistema de
Abreu. Un poco escondido porque en aquella época al maestro Friedman
no le gustaba que a uno le pagasen por aprender. Me dediqué con
pasión a la música venezolana, la cual debe estar, como es natural,
incluida en los estudios universitarios de la gran universidad de
artes escénicas y de música que nuestro país debería tener. Salí,
pues, en el año 1982 vía USA, donde estuve ocho meses, para
trasladarme a Viena, donde estudié dirección de orquesta en el
Conservatorio con el maestro Reinhard Schwarz. Hoy vivo de mi oficio,
que no es poco en estos tiempos que corren, pero hablo porque soy
consciente de que me lo puedo permitir y arriesgo, queridos colegas,
el no poder volver a mi patria, y ese es un riesgo que a la postre,
duele desde lo más profundo. Soy esto y nada más. Un profesional que
vive fuera de su país y que siente la necesidad imperial de unir a su
gremio para conseguir que los músicos en Venezuela, puedan tener un
sueldo digno y nuestros jóvenes puedan recibir una educación musical
completa. Tal como la mayoría de nosotros.

Un abrazo a todos.

Manuel Hernández Silva

1 comentario:

Marcos Hernández dijo...

Fuí estudiante del conservatorio de la Orquesta Sinfónica del Estado Carabobo cuando, según las acertadas palabras del maestro Hernández Silva, en Venezuela existía Estado de Derecho y estabamos enbarcados en un feliz viaje a la real y correcta Federación Venezolana de mano de la descentralización, diversificación e inversión. En ese momento la gran pregunta era ¿Qué seré yo como músico en un futuro a largo plazo? y en venezuela existian más incógnitas que respuestas. En ese momento el Movimiento de Orquestas era más o menos como lo pinta el maestro: Ir a la Simón Bolívar a ganar un poco de gloria en algún festival y redondear un sueldo mediocre con otros proyectos. Pero también existía la posibilidad de experimentar el ámbito musical en el resto del mundo a través de estudios en diversos lugares y regresar a la Bienamada Patria Venezolana con una visión integral y nuevos aportes al Movimiento de Orquestas. Esto gracias a alguna beca, mecenas o simplemente porque uno se podía permitir el esfuerzo de ahorrar un poco para tener esa experiencia. Al final que no llevé a cabo mi carrera musical y me fuí por Diseño Gráfico. Sin embargo no me desligué tanto del ámbito orquestal y puedo dar fé de lo que dice el maestro. El músico Venezolano, como los músicos y deportistas cubanos, terminarán siendo animales de exposición que testimonian "la buena labor de la revolución". Me alegra que haya músicos que alzan su voz de protesta y gente que les haga eco. Al contrario de lo que dicen los "revolucionarios" la cultura no es apolítica, la política nace de la sociedad y es la hermana menor de la cultura. La música, artes plásticas, escénicas y literatura buscan despertar una respuesta en el espectador, a la larga esa expresión tendrá repercusión en la sociedad.