Benicio del Toro, el actor hollywoodense que interpretó al Ché Guevara en una reciente película que falsea la verdad acerca del “Carnicero de la Cabaña”, es un experto en causar pena ajena.
Del Toro, junto a Sean Penn y Dany Glover, constituyen esa patética trinidad de la ignorancia, pereza mental, puerilidad y snobismo (sobran adjetivos pero falta papel), que caracterizan a cierta izquierda norteamericana que sólo lee titulares de prensa, prólogos de libros y reportajes a la manera de Interviú, la revista española especializada en destacar lo más banal de las celebridades.
La primera ridiculez de del Toro, que uno sepa, es la de haber aceptado interpretar el personaje de uno de los personajes más sangrientos, nefastos y odiadores del siglo pasado, como lo fue el Ché Guevara.
La segunda, fue el episodio vivido en un reciente programa del Canal 41 de Miami, donde, a cada pregunta de la periodista Marlen González, (bien bonita e informada, por cierto), del Toro se volvió una vaca de temblores, dudas y vergüenza, al quedar desnudo con su sola estupidez, amplificada por el rigor de la pantalla.
El programa puede ser visto pulsando el enlace http://www.noticierodigita
Luego del aperitivo, la periodista le sirvió el plato fuerte: “¿Por qué escoger Miami para estrenar la película, sabiendo que hay tantos cubanos víctimas del sistema que hay en Cuba (...) es una provocación?
Un “no” de confusión cayó varias veces de la boca del actor y continuó con un “yooo”, extendido como su ego, pero lleno de aire, seguido de un “eeee” dubitativo, como si se le hubiera olvidado la “letra” del guión farandulero donde le han venido escribiendo la vida.
La entrevista transcurrió con el tipo vuelto una mata de nervios, mirando hacia el suelo, sobándose las manos, hasta que Marlen le disparó a quemarropa: “Imagínate que en cualquier parte del mundo vaya alguien con una película a destacar las cosas positivas de Hitler, estarías ofendiendo a 15 millones de judíos”. Silencio de 15 o 20 o 30 segundos por parte de del Toro, seguidos de otros “eee”, “eee” y pena ajena de cualquiera que pueda ver la entrevista.
Al final me sentí reivindicado por ese espectáculo de morena que, con su rabia asordinada ante la estolidez del esperpento actoral, remató: ¿Tú sabías que el Che Guevara dijo que la manifestación más positiva y fuerte que hay, aparte de todas las ideologías, es un tiro bien dado al que se le debe dar en su momento
Vinicio del Toro ni siquiera escuchó la detonación
2 comentarios:
A este hombre le dieron hasta en la cédula en esa entrevista. No cabe duda.
Y yo puedo, de alguna forma, entender que, por el vil metal, Benicio hubiese sido hasta capaz de filmar una película en donde se ensalzara la figura de un violador, olvidando que fue precisamente una mujer la que lo trajo al mundo.
Sin embargo, no logro entender que el ex-gobernador de Caracas, ex-candidato presidencial y ex-presidente del Consejo de Seguridad en la ONU Diego Arria Salicetti, haya participado en el rodaje de esta película.
Él podrá decir lo que sea, pero un hombre de su inteligencia no debió prestarse para agragarle valor a un largometraje en donde es obvio que se idealiza el comportamiento y vida de un aventurero.
Porque, ¿cuántos médicos al graduarse se montan en una moto y se van a recorrer el mundo? Me imagino que un loco o un hijito de papá. Y tal parece que el Che fue ambas cosas. En alguna parte leí (lamentablemente no recuerdo dónde) que su inclinación a estudiar medicina fue solamente para satisfacer su morbo por la muerte, al tener una excusa para poder trabajar con cadáveres.
Verdad, mentira, leyenda o ficción, la realidad es que este hombre pasó a la historia como un hombre que prefería la compañía de un arma de fuego antes que el de una mujer.
Notable... Realmente me quedo sin palabras al ver el video. Benicio del Toro se prestó a un escarnio público y al mismo tiempo le brindó los 5 de minutos de fama "Warholianos" a la tal Marlen (el nivel de entrevista es tan, pero tan bajo, que da pena verlo, realmente).
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