Eli Bravo El Universal / ND |
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Marzo 14, 2009
Placeres culposos tenemos todos. Pequeños vicios que resultan muy satisfactorios, sobre todo si las opciones son limitadas, como sucede a bordo de un avión. En mi caso, me encanta hojear cuanto material impreso exista, especialmente ese catálogo de ventas donde encuentro todo lo que jamás necesitaré, como chimeneas de video o juguetes láser para el gato.
También reviso el manual de evacuación para disfrutar los apacibles rostros de quienes saltan al océano con un salvavidas inflable y el cojín de su asiento como tabla de salvación. Y por supuesto, detallo al mínimo la tarjeta de inmigración, nuestro primer contacto oficial con el país que visitamos.
Las hay de todo tipo. Con antipáticos cuadritos para cada letra, con preguntas sin respuesta, simples como el pan o entrometidas hasta la incomodidad. A veces vienen en idiomas exóticos y por lo general traen menos espacio del necesario para escribir la información requerida. Cada vez que veo el recuadro para “ocupación”, recuerdo una crónica del entrañable Cabrujas donde se imaginaba las dudas de Gonzalo Barrios ante semejante pregunta. ¿Político? Habrá quien diga que esa no es una profesión. ¿Presidente honorario de AD? Un partido político no es precisamente una empresa, y al momento de la crónica, Barrios era una suerte de jarrón chino. En una oportunidad, mi amigo Iván Loscher escogió “vampirólogo”, asunto que le cayó como ajo crudo al funcionario. Hoy en día escribir “periodista” puede ser contraproducente al aterrizar en Maiquetía. La profesión despierta sospechas. Últimamente opto por “escritor”.
Hace unos días me topé con una agradable sorpresa rumbo a Caracas. La Onidex cambió de nuevo la tarjeta de inmigración venezolana, y en esta oportunidad se tomó algunas libertades con la lengua de Shakespeare al traducir las preguntas. Quizás sea una estrategia para desconcertar al imperio, o un asunto de mera distracción, pero me llamó la atención ver que pasaporte se escribe ahora pasaport, en lugar de passport. Vuelo es fligh, o dlight, según la pregunta, pero jamás flight. Estudiante resulta un poco más castizo cuando aparece como estudent, y no student, lo mismo que tipo de acomodación, que aparece como tipe, y no type. Y lo mejor es que moneda se traduce, literalmente, coin. Lo de currency es un tecnicismo que nadie entiende.
Pero en fin, el que esté libre de pecado… En el baño descubrí que los dear passengers éramos estimados pasageros. Y a todos nos rogaban tirar solamente papel higiénico en el inodoro.
1 comentario:
Todo lo tuyo me encanta!
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