Judah, hijo de Jesús y María Magdalena?
Lunes, 26 de febrero 2007
"Jesús mantuvo una relación sentimental con María Magdalena, tuvo un hijo con ella llamado Judah y los tres fueron enterrados en unas tumbas encontradas, las unas junto a las otras, en Jerusalén hace 27 años". Eso -al menos- es lo que asegura el documental The Lost Tomb of Jesus (La Última Tumba de Jesús), firmado por el director de Titanic, el oscarizado James Cameron.
Ha hecho la cinta junto al cineasta israelí de origen canadiense Simcha Jacobovici. Ambos dicen haberse basado para su trabajo en los años de investigación de renombrados arqueólogos, expertos en documentos históricos y especialistas en material genético.
La cinta sustenta esas teorías en el hallazgo, en marzo de 1980, de unos sepulcros que supuestamente pertenecerían a Jesús y a su familia. Hace 27 años, unos trabajadores de la construcción encontraron en el este de Talpiot, un suburbio de Jerusalén, una cueva de más de dos mil años de antigüedad con diez tumbas.
De acuerdo con la Autoridad de Antigüedades de Israel, seis de esos nichos tendrían grabados los nombres de Mateo; María Magdalena; Jesús, hijo de José; María, madre de Jesús; José, hermano de Jesús; y Judah, hijo de Jesús.
Según Cameron, rigurosos estudios y análisis de ADN demuestran que las sepulturas son las de Jesús y su familia, y tal descubrimiento no significa que Jesucristo no resucitara tres días después de su muerte, según la creencia cristiana.
Arqueólogos sostienen que las tumbas pertenecerían a una familia judía con nombres muy similares a la de Jesús, nombres muy comunes, por cierto, en aquella época, según el arqueólogo israelí Amos Kloner. "No acepto esta teoría", ha señalado Kloner a la BBC. "Lo que buscan es hacer dinero", ha añadido.
"Nosotros hemos hecho nuestro trabajo; y ahora es momento de que se abra el debate", ha dicho Cameron. Vecinos de la zona en que se hallan los nichos han declarado que están encantados con el documental.
"Esto significa que el precio de nuestras casas subirá porque los cristianos querrán vivir aquí", ha manifestado una mujer a la BBC.
El documental será emitido en todo el mundo por Discovery Channel y amenaza con armar un revuelo similar o mayor al levantado en su día por El Evangelio de Judas, de National Geographic.
Discovery cita a Aarón Brody, profesor de estudios bíblicos y arqueología de Museo Bade en California, quien asegura que los osarios y las tumbas “son muy típicos de la región en esos tiempos”.
Documentos.
De acuerdo con Discovery, al menos cuatro de los más importantes epigrafistas han corroborado que las inscripciones de los osarios corresponden al llamado Periodo Herodiano (por Herodes, rey de Israel entre 1 a. de C y 1 d de C).
Frank Moore, profesor emérito del departamento de Lenguas y Civilizaciones del Oriente Medio en la Universidad de Harvard, “el arameo en el que están escritos estaba en uso en esa época”.
Jodi Magness, jefa adjunta del departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de North Caroline, aseguró que “los datos corresponden a los de un Jesús histórico, tal como se desprende de lo descrito incluso en la Biblia”.
Además de la inscripción “Judah, hijo de Jesús”, otra caja dice “Jesús, hijo de José”, y otra “María”, versión latina de Miriam”. Matia, la palabra aramea que designa a Mateo, y una escrita en griego, que dice Mariamne e Mara, que de acuerdo con Francois Bovon, profesor de Historia de las Religiones de Harvard, es como en esos tiempos se identificaba literalmente a “María, la cercana al Maestro”, es decir, la María Magdalena histórica, quien encontró vacía la tumba de Jesús en uno de los Evangelios.
En uno de los libros apócrifos, no incluidos en la Biblia y llamado “Actos de Felipe”, escrito en griego en el siglo 14, se menciona a Mariamne, hermana de Felipe, en un significativo enunciado que dice: “eran los apóstoles y Mariamne, esta última quien inspiraba fortaleza al grupo, y quien después tuvo su propio núcleo de seguidores, llamados Mariamnistas, quienes perduraron hasta bien entrado el siglo 3”.
¿ADN sagrado?
Los estudios de ADN fueron realizados por el laboratorio más importante de estudios paleogenéticos del mundo, que pertenece a la Universidad Lakehead de Notario, Canadá.
Carney Matheson, experto de esta Universidad, examinó los restos encontrados en las cajas marcadas con los nombres de Jesús y María Magdalena, y determinó que no tenían ninguna relación de parentesco.
Los expertos no han encontraron material genético suficiente para establecer sin lugar a dudas que el ADN de la caja correspondiente a Judah sea de un hijo del Jesús histórico, “pero las muestras son consistentes”.
Estadística.
Un argumento posible contra la historia que cuenta la Tumba de Talpiot es que los nombres es esta familia son una coincidencia.
Andrey Feuerverger, profesor de estadística y matemáticas de la Universidad de Toronto, calculó las posibilidades de que las coincidencias entre los miembros de una familia pudieran repetirse en esta época y las cruzó con todas las inscripciones en tumbas encontradas en el siglo 1 en Jerusalén.
Para “Jesús hijo de José” encontró una frecuencia de uno en 190 veces, mientras que para Mariamne, una en cada 160.
De forma conservadora, él dividió los números resultantes por 25 por ciento, un stándard estadístico, y luego entre 1000, como un estimado que considerara todas las tumbas existentes –y las no descubiertas—, y los resultados son apabullantes: La tasa de probabilidad de las coincidencias de nombre es al menos 600 a 1, o de otra manera, la conclusión es afirmativa 599 veces en 600.
Lunes, 26 de febrero 2007
"Jesús mantuvo una relación sentimental con María Magdalena, tuvo un hijo con ella llamado Judah y los tres fueron enterrados en unas tumbas encontradas, las unas junto a las otras, en Jerusalén hace 27 años". Eso -al menos- es lo que asegura el documental The Lost Tomb of Jesus (La Última Tumba de Jesús), firmado por el director de Titanic, el oscarizado James Cameron.
Ha hecho la cinta junto al cineasta israelí de origen canadiense Simcha Jacobovici. Ambos dicen haberse basado para su trabajo en los años de investigación de renombrados arqueólogos, expertos en documentos históricos y especialistas en material genético.
La cinta sustenta esas teorías en el hallazgo, en marzo de 1980, de unos sepulcros que supuestamente pertenecerían a Jesús y a su familia. Hace 27 años, unos trabajadores de la construcción encontraron en el este de Talpiot, un suburbio de Jerusalén, una cueva de más de dos mil años de antigüedad con diez tumbas.
De acuerdo con la Autoridad de Antigüedades de Israel, seis de esos nichos tendrían grabados los nombres de Mateo; María Magdalena; Jesús, hijo de José; María, madre de Jesús; José, hermano de Jesús; y Judah, hijo de Jesús.
Según Cameron, rigurosos estudios y análisis de ADN demuestran que las sepulturas son las de Jesús y su familia, y tal descubrimiento no significa que Jesucristo no resucitara tres días después de su muerte, según la creencia cristiana.
Arqueólogos sostienen que las tumbas pertenecerían a una familia judía con nombres muy similares a la de Jesús, nombres muy comunes, por cierto, en aquella época, según el arqueólogo israelí Amos Kloner. "No acepto esta teoría", ha señalado Kloner a la BBC. "Lo que buscan es hacer dinero", ha añadido.
"Nosotros hemos hecho nuestro trabajo; y ahora es momento de que se abra el debate", ha dicho Cameron. Vecinos de la zona en que se hallan los nichos han declarado que están encantados con el documental.
"Esto significa que el precio de nuestras casas subirá porque los cristianos querrán vivir aquí", ha manifestado una mujer a la BBC.
El documental será emitido en todo el mundo por Discovery Channel y amenaza con armar un revuelo similar o mayor al levantado en su día por El Evangelio de Judas, de National Geographic.
Discovery cita a Aarón Brody, profesor de estudios bíblicos y arqueología de Museo Bade en California, quien asegura que los osarios y las tumbas “son muy típicos de la región en esos tiempos”.
Documentos.
De acuerdo con Discovery, al menos cuatro de los más importantes epigrafistas han corroborado que las inscripciones de los osarios corresponden al llamado Periodo Herodiano (por Herodes, rey de Israel entre 1 a. de C y 1 d de C).
Frank Moore, profesor emérito del departamento de Lenguas y Civilizaciones del Oriente Medio en la Universidad de Harvard, “el arameo en el que están escritos estaba en uso en esa época”.
Jodi Magness, jefa adjunta del departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de North Caroline, aseguró que “los datos corresponden a los de un Jesús histórico, tal como se desprende de lo descrito incluso en la Biblia”.
Además de la inscripción “Judah, hijo de Jesús”, otra caja dice “Jesús, hijo de José”, y otra “María”, versión latina de Miriam”. Matia, la palabra aramea que designa a Mateo, y una escrita en griego, que dice Mariamne e Mara, que de acuerdo con Francois Bovon, profesor de Historia de las Religiones de Harvard, es como en esos tiempos se identificaba literalmente a “María, la cercana al Maestro”, es decir, la María Magdalena histórica, quien encontró vacía la tumba de Jesús en uno de los Evangelios.
En uno de los libros apócrifos, no incluidos en la Biblia y llamado “Actos de Felipe”, escrito en griego en el siglo 14, se menciona a Mariamne, hermana de Felipe, en un significativo enunciado que dice: “eran los apóstoles y Mariamne, esta última quien inspiraba fortaleza al grupo, y quien después tuvo su propio núcleo de seguidores, llamados Mariamnistas, quienes perduraron hasta bien entrado el siglo 3”.
¿ADN sagrado?
Los estudios de ADN fueron realizados por el laboratorio más importante de estudios paleogenéticos del mundo, que pertenece a la Universidad Lakehead de Notario, Canadá.
Carney Matheson, experto de esta Universidad, examinó los restos encontrados en las cajas marcadas con los nombres de Jesús y María Magdalena, y determinó que no tenían ninguna relación de parentesco.
Los expertos no han encontraron material genético suficiente para establecer sin lugar a dudas que el ADN de la caja correspondiente a Judah sea de un hijo del Jesús histórico, “pero las muestras son consistentes”.
Estadística.
Un argumento posible contra la historia que cuenta la Tumba de Talpiot es que los nombres es esta familia son una coincidencia.
Andrey Feuerverger, profesor de estadística y matemáticas de la Universidad de Toronto, calculó las posibilidades de que las coincidencias entre los miembros de una familia pudieran repetirse en esta época y las cruzó con todas las inscripciones en tumbas encontradas en el siglo 1 en Jerusalén.
Para “Jesús hijo de José” encontró una frecuencia de uno en 190 veces, mientras que para Mariamne, una en cada 160.
De forma conservadora, él dividió los números resultantes por 25 por ciento, un stándard estadístico, y luego entre 1000, como un estimado que considerara todas las tumbas existentes –y las no descubiertas—, y los resultados son apabullantes: La tasa de probabilidad de las coincidencias de nombre es al menos 600 a 1, o de otra manera, la conclusión es afirmativa 599 veces en 600.
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