"¡Comprueba como ella cambia de chica a gorila!". Un mundano cartel que anuncia el show de un dudoso club de Atlantic City (New Jersey) reproduce gráficamente la propuesta en tres viñetas la peluda mutación. Corre 1978 y el Tarantino más barroco no lo superaría ni con toda su imaginación.
Decadente, excéntrico, marciano. El retrato de Estados Unidos que John Margolies (www.johnmargolies.com) presenta en Roadside America (Taschen) resulta casi irreal. Se acerca más a un muestrario de decorados para películas de serie B (o Z), que a una escogida y detallista colección fotográfica en gran formato. Porque lo que muestra existió, o existe.
Hora feliz en 'El armadillo herido'
Dinners con estructura de barril, un lavado de coches supersónico con un gran cohete como emblema y reclamo, descoloridos autocines, el club El armadillo herido y su hora feliz (de 2 a 7) en Richmond, Texas, o la licorería más extravagante que podía encontrarse en Baton Rouge, Luisiana, a principios de los 80.
Después de 30 años y mucha carretera (imaginen una de 160.000 kilómetros en continuo zigzag por todo el país), la guía de la América más profunda e inclasificable está cerrada por Margolies y publicada por Taschen. Un total de 400 imágenes que rescatan una versión descolorida de Estados Unidos, entre lo freak y lo sencillamente costumbrista, profundamente kitsch, decadente y pop.
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