domingo, 23 de marzo de 2008
Una ex novia de John Lennon publica más de 100 fotos inéditas del ex beatle
20MINUTOS.ES.
- Están en el libro 'Instamatic karma', el segundo que publica sobre su relación con John.
- Fue en los años setenta y duró 18 meses.
- Esta época, conocida como 'fin de semana perdido' de Lennon fue en realidad "un período feliz y productivo", afirma ella.
Esa época, a menudo calificada como 'un fin de semana perdido', donde John fue supuestamente infeliz, fue en realidad un período feliz y productivo para él.
Una de las fotos más significativas del libro es donde aparece Lennon firmando el acuerdo de disolución de The Beatles, el 29 diciembre de 1974.
Según la autora, "esa época, a menudo calificada como 'un fin de semana perdido', donde John fue supuestamente infeliz, fue en realidad un período feliz y productivo para Lennon".
Este es el segundo libro que May Pang publica acerca de su relación con el cantante. En 1983 publicó Amando a John.
jueves, 13 de marzo de 2008
esto me lo regalaron... y me gusto!!!
tus ojos sin ser míos
en el fondo de mi alma
siempre fijos están
así como el agua
corriente de los ríos
los luceros se quedan
y las aguas se van...
merche eres la mejor!!!!
Una chef muy nuestra es Mercedes Oropeza
Foto: Natalia Brand |
Se formó en los restaurantes Le Petit Bistrot de Jacques,
Chez Wong y Le Gourmet; participó
en la creación del
libro amarillo de
Armando Scannone
y fue merecedora
del Tenedor de Oro
2005. Dicta cursos
de cocina en La vainita orgánica, en Galipán,
y los televidentes
pueden verla en Portada´s de Venevisión. Ella trae dos buenas nuevas: un festival de cocina previsto para el mes de abril en Le Petit Bistrot de Jacques. Allí, junto con los Provost, llevará platos de su cocina que ella ha definido como "neovenezolana". Y la grabación de la serie televisiva Venezuela bien me sabe, donde mostrará -muy pronto- sus hallazgos gastronómicos luego de un gustoso recorrido por el país.
http://www.eluniversal.com/estampas/gastronomia.shtml
el equipo de cocineros de anoche en la cena de badan lara... gracias a todos!!!
miércoles, 12 de marzo de 2008
no al apartheid CULTURAL...
Y esta es la respuesta del ministro Farruco....
Yo estuve allí el 11 de abril, frente al Hotel Ausonia, a cincuenta metros de Miraflores, en medio de la multitud que defendía el Palacio.
Estuve entre las 11,30 la mañana y las seis de la tarde aproximadamente. Vi pasar a los muertos a mi lado. Los llevaban en alto, sobre las cabezas, como en esas imágenes tan dolorosas que nos llegan del Medio Oriente. Uno tras otro a lo largo de las horas, los iban colocando ordenados en los jardines del Palacio Blanco.
Era muy duro para el corazón y, aún más, para la inteligencia.
También estuve dos días después, desde el mediodía hasta la noche, junto a la multitud jubilosa que recuperó Miraflores. Nadie me lo tiene que contar. Nadie tiene que interpretarlo para mí. Yo lo viví. Fui actor y testigo de esos dos acontecimientos que enmarcaron, como entre paréntesis, un golpe militar perfectamente preparado y diseñado en sus capítulos principales.
Ya hoy día nadie medianamente informado, tiene duda alguna de cómo se desarrollaron los acontecimientos, incluyendo los asesinatos planificados que formaron parte de la macabra jugada. Las eufóricas y deslenguadas declaraciones del propio Napoleón Bravo al día siguiente son reveladoras.
Que mucha gente que participó en la marcha de la oposición actuase engañada y de buena fe, no le resta responsabilidad. Cada quien es dueño de sus actos. Quienes marchaban hacia Miraflores para tomar el Palacio no eran del todo inocentes. Ellos contribuyeron de alguna forma a crear el escenario propicio para los asesinatos de ese día.
Pero lo que si está claro es que los confabulados en el golpe sabían lo que hacían. Generales, Almirantes y otros altos oficiales, de la ralea de los Videla, de los Massera, de los Somoza, de los Pinochet, al servicio de la clase económica y política reaccionaria y perversa de la Cuarta República, cristalizaron su traición en un asalto cruel contra la democracia y contra el pueblo. Añadieron un golpe gorila más a la historia de nuestros países.
Poco más de ocho meses después, en diciembre, como si no hubiera pasado nada, un grupo de intelectuales, artistas y trabajadores culturales, publicaba en los grandes periódicos un remitido a toda página, bajo el cínico título de MANIFIESTO POR LA CREACIÓN DE LIBERTADES, en el cuál llamaban a la destitución del Presidente de la República y apoyaban el sabotaje petrolero. ¿Quiénes estaban esta vez detrás de la nueva conspiración de la derecha? Los mismos generales gorilas, la misma clase política corrupta, los mismos actores dueños de los medios y sus bufones.
Al parecer a estos intelectuales y artistas, incursos no en la retórica fascista, sino en la práctica fascista real que tanto y tan salvajemente ha castigado a nuestros pueblos, todo ese tiempo no les sirvió para reflexionar y tomar distancia de los graves delitos de humanidad de los cuáles habían sido cómplices por acción u omisión.
Y quiero escribirlo aquí muy claro, para no quede ninguna duda de lo que pienso sobre este tema: para mi todos ellos tienen las manos manchadas de sangre. Así lo digo: no sólo es asesino el francotirador y quien le dio la orden, sino también quien le dio apoyo, y se lo siguió dando después, con sus ideas, sus argumentos, sus creaciones, sus manifiestos. Pues esto no es un juego.
Ellos están rayados. Pero la raya de estos intelectuales y artistas es una raya de sangre. Y es, lamentablemente, una raya que nos divide.
Un obsesivo cizañero y sembrador de odio como Tulio Hernández ¿se pensará que no tiene que rendir cuentas a nadie? Qué sepa Tulio que las cuentas de sangre son muy difíciles de borrar. No conozco la naturaleza del quitamanchas que las haga desaparecer. Pero de que lo que, si, estoy seguro, es de que para iniciar un camino de borrón y cuenta nueva, si tal cosa fuera posible, lo primero que hay que hacer es reconocer el error y pedir disculpas. Todavía Tulio nos las debe. Como nos las deben Enrique Larrañaga, Marco Negrón, Violeta Rojo y otros y otras a quienes alguna vez les otorgué, en mi alma, un certificado de buenas personas. El tiempo demostró que no lo eran, que no lo son. Son apenas unos marginales servidores del poder. Del verdadero poder. Seres de diminuta conciencia, hechos de la carne de los fanáticos o de los hipócritas. Poca cosa, en verdad.
Hoy, estos que nombré y algunos otros, tienen la desfachatez de publicar de nuevo un remitido a toda página en la prensa nacional que titulan impúdicamente NO AL APARTHEID CULTURAL.
Hay que leerlo con atención, porque ellos son una autoridad en la materia. Ellos si saben de apartheid. Lo practicaron casi todos, durante mucho tiempo. Excluyeron al pueblo. Y del pueblo, a los más pobres los excluyeron dos veces. Mantuvieron en la sombra a culturas enteras de nuestro país y a grandes porciones del territorio. Tacharon, invisibilizaron o negaron a cientos, a miles de artistas, cultores y escritores. Gerenciaron para sus amigos, sus intereses privados y sus circuitos sociales y económicos. No son ejemplo de nada, sino de la desvergüenza y el abuso. Pero….saben de apartheid.
Si el golpe del 11 de abril o el sabotaje petrolero hubieran triunfado, ellos estuvieran sin ninguna duda ejerciéndolo en la gerencia pública de la cultura. Serían los mandamases, los dueños, los iluminados. Personas importantes. Servirían a las empresas de comunicación, como siempre lo han hecho. Servirían a los poderes económicos, como acostumbran. Servirían a la ideología del neoliberalismo desde sus cargos e instituciones. Establecerían las censuras de rigor, unas veces disimuladas y otras veces abiertas, como lo han hecho muchas veces. Y se olvidarían del pueblo, tan como ahora se olvidan aunque aparenten lo contrario pues el pueblo, simplemente, no les interesa.
En ese remitido nos califican de intolerantes. Nos llaman censores, personalistas, arbitrarios y caprichosos. Nos acusan de sentir un hondo desprecio por los creadores venezolanos. Y hablan de comisariato cultural, propio de regímenes totalitarios. ¡Qué cosa! Es el mundo al revés.
¡La derecha antigua y la nueva derecha, en el papel de plañideras! Si no fuera porque uno ya ha visto mucho a lo largo de tantos años, hasta sería capaz de tomármelo en serio.
Francisco Sesto
Ministro del Poder Popular para la Cultura
lunes, 10 de marzo de 2008
Larga Distancia va a la zafra de la Hacienda el Palmar....
Fanny Mendoza © 2006
Larga Distancia va a la zafra de la Hacienda el Palmar
Sábado 15/03/08
Perfil salida:Paisaje, gente, documentalismo (faena agrícola), retrato.
Autobús con a/a, asientos reclinables, DVD, cauchos, luces, motor, parabrisas, etc.
No tiene baño. ¿ok?
Qué llevar:
Recordemos que hace mucho calor en la zona por lo que la vestimenta debe ser ligera (aunque se recomienda camisa manga larga)
Además protector de sol, gorra, traje de baño (you never know)
Equipo:
Preferiblemente 2 cuerpos, película B/N y transparencia. Filtro polarizador para el color y rojo,amarillo y verde para el b/n.Evidentemente también puede ser digital.
Película: mínimo 06 rollos ( sugerido)
Los que posean formato 6x6cm, no dejar pasar esta oportunidad por el descampado estimulante.
Todo el equipo debe estar correctamente protegido de la lluvia (siempre posible).
Importante:
Zapato cerrado por las serpientes, víboras, culebras, ofidios y cuaimas.
Hora encuentro: 4:30am
Hora salida: 5:00am
Regreso: 6-7:00pm
Encuentro: Centro San Ignacio, frente a Farmatodo
Costo: Bs. 165
Incluye: desayuno y almuerzo.
Nota: el almuerzo será en un lugar muy particular, que dará un gran valor agregado a esta salida.
Reserva de cupo: maryoriesanabria@robertomata.com
Larga Distancia
Expediciones Fotográficas
Nota:
Mi socio, Yuleisy, le dio porque debemos ir a Manaos en Brasil. Yo creo que hay que hacerle caso.
¿Quién quiere ir?
Anótense:
Roberto Mata - De Facto Fotografia Profesional - Av. Trieste con Av. Madrid, arriba de Frigorífico Rey de la California, California Sur. Caracas +58 212-257.9745 / +58 212-256.2587. 9:00am - 12:00m / 2:00pm - 6:00pm. http://www.robertomata.com Maryorie es la muchacha que lo asiste y atiende el telefono |
"Roberto Mata" - www.robertomata.com |
domingo, 9 de marzo de 2008
¿Qué famosa se esconde tras los puntos?
Los últimos ‘hammams’ de El Cairo
Los últimos ‘hammams’ de El Cairo
VICENTE MOLINA FOIX
Su húmedo encanto ha perdurado durante siglos. ABiertos al lujo de la conversación en libertad, ahora la desidia y los integristas los están cerrando. ya sólo quedan seis.
A el Cairo no se va uno a bañar, sino a ver pirámides y tratar de distinguir, en el polvoriento aunque maravilloso Museo Egipcio, el atrezo fúnebre de Tutankamón, los retratos hiperrealistas de El Fayum o las distintas narices de Nefertiti. A bañarse y a sufrir los masajes más ásperos del mundo se va a Estambul, por ejemplo, o a Budapest, donde los denigrados turcos dejaron, entre otras huellas, el gusto y la fábrica de unas espléndidas casas de baños. Pero Egipto, como cualquier otro país musulmán, practica sagradamente el rito acuático, y Egipto, más que cualquier otro país de su entorno, vive además del agua, pues no habría cultura, agricultura, economía, ni siquiera vida sin el riego del Nilo, que cruza su territorio de norte a sur. Por eso la noticia de que los hammams de El Cairo están desapareciendo, y hasta son hostigados con una mezcla de celo integrista y suciedad mental, produce, más allá de la tristeza, la sensación de algo incongruente y hasta sacrílego.
Siempre han estado allí, y se dice que Egipto tuvo los primeros baños públicos, los más numerosos del Oriente, los más bellos, y tan apreciados por sus pobladores que existe la leyenda de que, en algunas épocas de penuria, los libros de la Biblioteca de Alejandría fueron quemados para calentar el agua de los baños de esa ciudad costera. Hay testimonios antiguos y muy admirativos de los hammams de El Cairo: el viajero árabe por excelencia, Ibn Batutta, menciona satisfecho unas abluciones vistas en uno de ellos en el año 1326, y los dibujó primorosamente el equipo de artistas que, bajo la dirección del gran escritor y erudito Vivant Denon, realizó para Napoleón Bonaparte la monumental Description de l?Egypte; pero yo llevaba en la cabeza, antes de visitar por vez primera la ciudad, la guía de un autor que fue mucho tiempo mi poeta de cabecera, Gérard de Nerval. Como tantos románticos europeos, Nerval viajó hacia el sur, y los cientos de páginas inspiradas por sus andanzas egipcias, sirias y turcas constituyen uno de los textos más perdurables del orientalismo decimonónico, en su peculiar mezcla de crónica, relato y diario íntimo.
Aunque cueste creerle hoy cuando uno entra en el hammam cairota de Bichri, o ve el conjunto de fotos hermosas y lacerantes de este reportaje, Nerval, que los frecuentó en 1843, cuenta que la mayor parte eran “verdaderos monumentos que servirían muy bien de mezquitas o de templos”, describiendo sus columnas de mármol, sus gabinetes abovedados, sus fuentes de traza elegante. “Allí podéis aislaros o mezclaros con la muchedumbre, que no tiene nada del aspecto malsano de nuestras congregaciones de bañistas, y se compone generalmente de hombres sanos y de hermosa raza, cubiertos, a la antigua, de una larga tela de lino. Las formas se dibujan vagamente a través de la lechosa bruma atravesada por los rayos blanquecinos de la bóveda, y uno puede creerse en un paraíso poblado de sombras dichosas”.
Nerval experimentó también el purgatorio de las piscinas de agua hirviente, donde “el bañista sufre diversas clases de cocción”, y el castigo de los rudos masajes practicados en la zona por “esos terribles estafermos con las manos armadas de guantes de crin, que os desprenden de la piel largos rollos moleculares cuyo espesor os asusta, haciéndoos temer que acabaréis siendo usados gradualmente como una vajilla demasiado lavada”. Después viene el alivio de los hervores y las palizas, en tiempos de Nerval más mullido de lo que hoy lo es; el escritor francés describe, en el capítulo sobre ‘Las mujeres de El Cairo’ de su Voyage en Orient, la toma del café y los sorbetes, el humo enajenante de su pipa de narguilé, recostado en unas otomanas desde las que la clientela dominaba la sucesión de salas limpias y relucientes.
Fui a El Cairo con esas fantasías producidas por la palabra de Nerval y no encontré lujo asiático ni sabias manos férreas que después de darte una tunda te dejan como nuevo. El hammam de Bab el Bahr, situado en el barrio comercial de Mouski, es uno de los menos dilapidados de la capital, pero sus salas no tienen gracia ni atmósfera, al contrario que las de los más antiguos baños cairotas de Beshtak (siglo XIV) y Sinaniye (siglo XVI); ninguno llega, en todo caso, a la altura de los mejores baños turcos de Estambul, aquellos –como el situado frente al Gran Bazar– que construyó en la primera mitad del siglo XVI Sinán, uno de los grandes arquitectos civiles y religiosos de lo que podríamos llamar el Renacimiento paneuropeo. Frente a la dramática disposición de espacios, luces y sombras que caracterizan las obras maestras de Sinán, las construcciones de los baños de El Cairo, al menos tal y como hoy se encuentran, ofrecen estancias abigarradas, pero más acogedoras, donde el repinte en colores chillones no siempre esconde la vejez ruinosa de los materiales. El de Bichri tiene algunos rincones que producen la impresión de un patchwork donde los paños colgados a secar, el amontonamiento de los divanes y la mancha de sus ventanas y puertas pintadísimas parecen la obra de un anónimo artífice que un día fuese adepto del pop art y al siguiente se levantara practicando el arte povera.
Tampoco el viajero actual encontrará en los hammams de El Cairo la posibilidad del vicio que tanto atrajo a otro ilustre personaje, Gustave Flaubert. El autor de Madame Bovary viajó por Oriente Próximo pocos años después de Nerval, entre octubre de 1849 y junio de 1851, acompañado por el escritor y (excelente) fotógrafo Maxime du Camp. “El Oriente siempre”, escribía ya un Flaubert de 19 años a principios de 1841, y aunque la devoción resulte inverosímil en razón de su vida posterior, Gustave siguió diciendo hasta el fin de sus días que había nacido para vivir allí. En las cartas que escribe desde Egipto, muchas de ellas a su gran amigo y consejero Louis Bouilhet, el novelista se muestra explícito respecto a sus aventuras amorosas. Así, mientras recorre el Alto Egipto se entera de que el sultán Abbas Pacha ha cerrado los burdeles y prohibido el espectáculo de las danzarinas; Flaubert se las arregla para entrar en contacto con una prostituta clandestina, estableciendo la mujer y el cliente “una extraña relación en la que los dos se miran sin poder hablarse”. También asiste a una “danza de las abejas” ejecutada en un garito por hombres disfrazados de mujer, y tanto le atrae esa peculiar exhibición de “parloteo muscular” de los travestidos que los va siguiendo por los baños turcos donde actúan. Ninguna indecencia les resulta, a él y a Maxime, desdeñable, fuera o dentro de los hammams; a Flaubert se le ve disfrutar refiriéndole a Bouilhet la escena –vista en un mercado de El Cairo– de un asno masturbado por un mono.
Esta lubricidad no brilla tan públicamente en los barrios y calles de El Cairo actual, pero aun así las noticias que llegan respecto a la amenaza oficial contra los últimos baños públicos supervivientes de la época de los mamelucos y los fatimíes apuntan, una vez más en nuestros días, y una vez más con mayor virulencia en el ámbito musulmán, a operaciones de policía moral. Y no por la eventualidad de que, como sucede con disimulo en uno o dos céntricos baños turcos de Estambul, se practique entre sus aguas calientes la homosexualidad. Se trataría, más simplemente, de represaliar el concepto civil de estos lugares cerrados, pero abiertos a la palabra, íntimos y sensoriales, placenteros y purificadores, donde tradicionalmente se ha practicado, más que el amor, el lujo de la conversación. No sólo entre los hombres, que han proporcionado por razones sabidas una mayor cantidad de iconografía bañista. Las mujeres (al margen de las huríes y favoritas del harén) han sido siempre usuarias, en horario distinto al masculino, de estos espacios de relajación, intercambio social e higiene del cuerpo; según una de las más perspicaces viajeras del siglo de las luces, lady Mary Wortley Montagu, esposa del embajador británico en Constantinopla, los hammams –que ella visitó en 1717– constituían para las mujeres árabes unos formidables centros de ocio no vigilado y libertad genérica.
En España tenemos, naturalmente, una larga memoria y una presencia física de los baños árabes y, antes, de la obsesión acuática de los romanos, grandes cultivadores de una cultura y una innovadora ingeniería del agua. Siempre me ha gustado creer, pese a su aire de falsedad manifiesta, la anécdota, leída en un libro de historia de las termas, que hace al emperador Nerón inventor de la palabra spa, tan de moda hoy. Nerón, según esa leyenda, habría exclamado, al ver una noche las magníficas fuentes de Roma en pleno funcionamiento, la frase “¡sanitas per aquas!” (la salud a través del agua), formando sus tres iniciales el rampante término balneario.
No se me ocurriría llamar spa a ninguno de estos pequeños y decaídos templos para la salvación del cuerpo que ahora pueden desaparecer del rico tejido urbano de la capital egipcia. Guardo recuerdos de toallas cairotas transparentes por el mucho uso, de sillas de reposo desvencijadas, de un jabón que me dieron tan espeso y oscuro que me hizo pensar en el que usaban los griegos de la palestra, hecho de cenizas y grasa de cabra, e idóneo, por lo visto, para la limpieza del poro y la eliminación de todo lo que el cuerpo destila de malo. Esos recuerdos, mezclados en mi repaso triste a las fotos que ilustran estas páginas, me han llevado a Cavafis. El refinado poeta alejandrino no fue muy proclive a los baños, pero la sensualidad amenazada le atañe. Peligroso se llama uno de sus poemas mejores, un himno a la alianza entre la reflexión y la pasión, puesto en boca de un estudiante sirio de Alejandría, Mirtias (cito un fragmento en la traducción de Ramón Irigoyen): “Entregaré mi cuerpo a los placeres, / a los goces soñados, / a los más atrevidos deseos eróticos, / a los lascivos ímpetus de mi sangre, sin / miedo alguno, porque cuando yo quiera / –y lo querré, fortalecido / como estaré con la contemplación y los estudios– / en los momentos críticos encontraré otra vez, / como en tiempos, ascético, mi espíritu”.
viernes, 7 de marzo de 2008
jueves, 6 de marzo de 2008
la portada mas imposible de la historia alterna...
DECLARACIÓN CONTRA LA GUERRA...
DECLARACIÓN CONTRA LA GUERRA DESDE LA GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES
SI LOS ESTADOS TIENEN LA OBLIGACIÓN IRRENUNCIABLE DE EVITAR LOS DESASTRES PARA PROTEGER LA VIDA, LA INTEGRIDAD, LOS BIENES Y LAS OPORTUNIDADES DE SUS COMUNIDADES, CON MAYOR RAZÓN TIENEN LA OBLIGACIÓN DE IMPEDIR UNA GUERRA.
Suscribimos esta declaración (a título personal, a menos que se indique lo contrario) un conjunto de ciudadanos y ciudadanas oriundos o vinculados a América Latina y el Caribe, que en distintos escenarios y desde distintas profesiones y actividades, nos dedicamos de manera permanente a propiciar la reducción de los riesgos de distinto origen que pesan sobre nuestra región, con el objeto de evitar que se conviertan en desastres.
Con ese objetivo común trabajamos con instituciones y funcionarios de gobiernos nacionales y regionales, con autoridades locales, con organizaciones científicas, con organismos de socorro, con comunidades de base, con instituciones académicas, con medios de comunicación y con organismos internacionales, con los cuales hemos realizado aportes importantes y concretos, desde el pensamiento y desde la práctica, para que eso que llamamos “gestión del riesgo” entre a formar parte de las políticas públicas y, poco a poco, del quehacer normal y cotidiano de nuestras instituciones y comunidades.
Hoy registramos con preocupación que, en este momento concreto,LA MÁS GRAVE AMENAZA QUE SE CIERNE SOBRE LAS GENERACIONES PRESENTES Y FUTURAS DE COLOMBIA, DEL ECUADOR Y DE VENEZUELA, ES LA GUERRA. Una amenaza que, a diferencia de algunas de origen natural, como los terremotos o las erupciones volcánicas, es totalmente evitable, pues sólo depende de la voluntad humana. Esta amenaza da lugar al peor de los desastres posibles, que anularía los avances que durante décadas han realizado Estados y comunidades con miras a eso que llamamos “desarrollo”, y solamente beneficiaría a quienes, a lo largo de la historia humana, han encontrado en la guerra un buen negocio. A costa, claro, de la vida, del sufrimiento, del dolor y de las pérdidas económicas, materiales, ecológicas y de oportunidades de los pueblos que las padecen. Fuera de éstos que llenan sus bolsillos con la muerte planificada, las guerras solamente dejan perdedores.
En gran medida la enorme destrucción que causó el huracán Mitch en Centroamérica, se debió al debilitamiento de los paises que, durante años, fueron azotadas por la guerra.
Los habitantes del mundo tenemos derecho a la paz, que es un expresión concreta del Derecho a la Vida y a la calidad de la vida, sin el cual es imposible el ejercicio de los demás Derechos Humanos. Los ciudadanos y ciudadanas de Colombia, del Ecuador y de Venezuela, al igual que los de los demás paises de la región, que inevitablemente se vería afectados por una guerra entre paises hermanos, exigimos de nuestros gobiernos que se nos respete ese Derecho y que generen las condiciones que nos permitan ejercerlo.
No hay conflicto entre naciones que no pueda ni deba ser resuelto, de manera pacífica, dentro del marco del Derecho Internacional y teniendo como brújula la voluntad de Paz y el respeto a la vida.
Si los Estados tienen la obligación irrenunciable de evitar los desastres para proteger la vida, la integridad, los bienes y las oportunidades de sus comunidades, con mayor razón tienen la obligación de impedir una guerra. Tienen el deber de no provocar una guerra, por nobles, necesarios o altruistas que puedan ser o parecer los motivos que blanden.
Hacemos un llamado a las comunidades de todos los países de América Latina y del Caribe y a las instituciones y organzaciones nacionales e internacionales que desde distintos campos trabajamos en beneficio de la calidad de la vida de la naturaleza y de los seres humanos, para que de manera expresa y contundente reafirmemos ante los Gobiernos y Estados ese MANDATO ciudadano: tenemos Derecho a la Paz, tenemos Derecho a la Vida, tenemos derecho a un verdadero desarrollo, equitativo y democrático, y corresponde a ustedes y entre ustedes, de manera inmediata, establecer los acuerdos necesarios para que esos derechos sean respetados.
Ante nuestros países, ante la región y ante el mundo, dejamos constancia expresa de que no nos sentiremos representados por ningún Gobierno que incumpla ese MANDATO y que propicie una guerra.
Y a los medios de comunicación de todas las tendencias los convocamos para que difundan el Derecho a la Paz que tienen las comunidades, en lugar de atizar la hoguera con argumentos y pasiones para legitimar la guerra.
GUSTAVO WILCHES-CHAUX, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Colombia
ANTHONY OLIVER-SMITH, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - Florida, Estados Unidos de América
ELIZABETH MANSILLA,Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED - México
RAUL ESTEVEZ – Venezuela
OMAR DARÍO CARDONA, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Colombia
STEPHEN BENDER, Estados Unidos de América
DAVE PAUL ZERVAAS, Coordinador Regional Américas, EIRD (Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres)
RODNEY MARTÍNEZ, Ecuador
ALLAN LAVELL, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Costa Rica e Inglaterra
FERNANDO RAMIREZ GÓMEZ, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED, Colombia
JULIO SERJE, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED, Colombia
BENJAMIN G. WISNER, JR., Red de Estudios Sociales Sobre Desastres LA RED -- Ohio, EEUU y Programa de Estudios Ambientales, Oberlin College, Ohio, EEUU
VIRGINIA JIMENEZ, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela
MISAEL MURCIA GARCÍA, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia
XIMENA GARCÍA, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación - Colombia
PABLO TORREALBA, Chile
ALEJANDRO LINAYO, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela
ANDRÉS VELÁSQUEZ, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela
CRISTINA ROSALES CLIMENT, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela
NAYIBE JIMENEZ PÉREZ, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Venezuela
KETTY MENDEZ, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación – Venezuela
DIANA POMBO, Colombia
HARALD MOSSBRUCKER, Alemania
GABRIEL BERNAL, Evaluación de Riesgos Naturales ERN – América Latina
OMAR ALBERTO CHAVES MONCAYO, Cali - Valle Colombia
CLAUDIA PATRICIA SATIZABAL R., Consultora en Gestión del Riesgo - Colombia
PIEDAD RODRIGUEZ AGUDELO, Consultora en Gestión del Riesgo - Colombia
MARIANA ROJAS LASERNA, Consultora medio ambiente - Colombia
LUIS ALEJANDRO BAQUERO, Colombia
DIANA MARCELA ROA RUBIANO, Colombia
YOSEF FARBIARZ FARBIARZ, Centro de Proyectos e Investigaciones Sísmicas - Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín
LUDMILA GÓMEZ, Venezuela
GLORIA ORTEGA PÉREZ, Comunicadora - Periodista, Colombia
ALONSO BRENES TORRES, Red de Estudios Sociales sobre Desastres LA RED – Nueva Generación – Costa Rica
LUZ VELÁSQUEZ, Colombia
ESPERANZA HURTADO SARAVIA, Socióloga, COLOMBIA
JAVIER ANDRES VIDAL MELO, Gobierno y Relaciones Internacionales – Bogotá
ÁNGEL GUARNIZO V, Colombia
ROSARIO SAAVEDRA, Socióloga Experta en Gestión del Riesgo, Colombia
IRENE VICTORIA, Antropóloga Docente Investigadora De La Pontifica Universidad Javeriana Cali, Colombia
LILIANA CARREÑO, Colombia
Si usted está de acuerdo con el texto de esta declaración, invitamos a suscribirla y difundirla. También se encuentra en la página web de LA RED. Le solicitamos informarnos su decisión al mail wilcheschaux@etb.net.co y/o dejar sus comentarios en este mismo blog.